Todos los días recibimos una gran cantidad de correos electrónicos, y de ellos un porcentaje cada vez más alto pueden ser maliciosos y poner en peligro la seguridad de tus datos.
Por ese motivo, creemos que es muy importante aprender cómo podemos identificar los correos maliciosos.
Los correos maliciosos suelen estar vinculados al denominado phishing o suplantación de identidad.
Su finalidad es hacerse pasar por entidades legítimas, como bancos, empresas u organismos públicos, para acceder a tus datos personales o de pago, y hacer un mal uso de ellos.
Si no tenemos cuidado, todos podemos ser víctimas de este tipo de engaño, por lo que es recomendable seguir una serie de consejos para evitarlo en la medida de lo posible.
Objetivos de los correos maliciosos
Pueden ser variados, pero todos tienen en común engañar a los usuarios con un fin ilícito.
1/ Solicitar información personal, financiera o de acceso
Su finalidad es conseguir información que les permita acceder a tus cuentas personales o financieras, como el número de tu tarjeta, tus contraseñas, etc.…
2/ Pagos o transferencias
Tratan de convencer a los usuarios de realizar algún pago o transferencia a un número de cuenta fraudulenta.
3/ Inducir a hacer clic en enlaces o abrir archivos adjuntos
Al entrar en el enlace o abrir el adjunto, descargamos un software malicioso que puede infectar tu dispositivo y comprometer tu privacidad.
4/ Dañar la reputación
Pueden tener como objetivo dañar la reputación o la imagen de una persona o entidad, difundiendo información falsa.
Formas de identificar correos electrónicos maliciosos
Aunque ya hemos tratado en otras ocasiones el tema en nuestro blog, el aumento de casos y la cada vez mayor sofisticación de los engaños hacen recomendable recalcar las medidas que podemos adoptar para minimizar los riesgos.
1/ Dirección del remitente y dominio del correo
Lo primero que tienes que hacer es revisar la dirección desde la que te envían el correo, para comprobar que coincide con la entidad o persona que dice ser.
Puede que utilicen una dirección muy parecida, pero con algún mínimo cambio (por ejemplo, una letra) o con un error casi inapreciable a primera vista.
Si los correos de una determinada persona o entidad suelen ir acompañados de una firma determinada, un cambio en esta o su ausencia debería hacernos sospechar.
2/ Ortografía y gramática
Este tipo de correos suelen estar plagados de errores gramaticales y de ortografía, ya que utilizan programas automáticos para traducirlos.
3/ Asunto del correo
Normalmente, intentan poner un asunto que incita al usuario a entrar en el mail y a pinchar en un enlace.
Hay que desconfiar de los mensajes que son demasiado alarmistas, urgentes o increíbles.
Te pueden decir que te ha tocado un premio, o que la cuenta de tu banco va a ser cancelada si no accedes con urgencia a una web para actualizar tus datos.
De esta manera, manipulan las emociones y la confianza de los usuarios para persuadirlos de hacer lo que quieren.
4/ Archivos adjuntos
Los correos fraudulentos pueden llevar adjuntos archivos con malware o algún virus informático que puede infectar tu dispositivo.
Si tienes alguna duda de que estos archivos sean legítimos, no los abras nunca.
También debemos tener actualizado nuestro antivirus para escanear nuestro equipo en busca de posibles amenazas.
5/ No respondas a estos correos
Es importante no responder ni facilitar información personal o sensible. Ninguna entidad legítima solicita este tipo de información por correo electrónico.
Estos correos maliciosos pueden ser difíciles de detectar, ya que cada vez son más sofisticados, se adaptan a las tendencias y se van actualizando.
Sin embargo, si detectamos alguna de estas señales que hemos ido viendo, seremos capaces de identificarlos y evitarlos.