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La crisis de los microchips

Entre las consecuencias de la pandemia del coronavirus, además de las sanitarias, dentro de las económicas está siendo bastante relevante la crisis de escasez de microchips, que está provocando la imposibilidad de cubrir la demanda existente de determinados productos.

Actualmente, aunque no los vemos a simple vista, los chips forman parte de la gran mayoría de productos digitales y electrónicos que usamos a diario.

Sectores más perjudicados:

1/ El sector de los automóviles:

Sufrió un gran descenso de la demanda al inicio de la pandemia, y los fabricantes de chips tuvieron que adaptarse a la nueva situación y cambiaron sus líneas de producción.

Al principio incluso se tuvo que paralizar la producción de coches en todo el mundo, y el problema es que no es nada fácil volver a recuperar los mismos niveles de producción de semiconductores previos a la pandemia. Puede ser necesario que pasen varios meses para recuperar la normalidad.

Sin embargo, el sector empezó a recuperarse con más rapidez de lo esperado a partir del tercer trimestre del 2020, y la demanda de coches aumentó, con lo que la escasez de semiconductores está afectando y ralentizando la producción de automóviles a nivel mundial, llegando incluso a paralizar fábricas enteras.

La cada vez mayor digitalización de los coches agrava aún más la situación, y aumenta la dependencia de estos chips para el sector. Los semiconductores son básicos para las unidades centrales electrónicas de los coches, para controlar su tracción, también hay chips para la conexión Wifi y Bluetooth, etc…

2/ Portátiles y teléfonos móviles:

Como consecuencia del confinamiento y las medidas restrictivas adoptadas para frenar el avance del virus, todos pasamos gran parte del tiempo en nuestras casas.

Se ha producido un gran incremento en la compra de portátiles y otros dispositivos para poder trabajar desde casa, así como para nuestros momentos de ocio.

El sector de los teléfonos móviles, que emplea una gran cantidad de chips, ha tenido que adaptar también su producción a las circunstancias actuales. Empresas punteras en este sector, como Samsung y Qualcomm, han reportado problemas para cumplir con los pedidos.

3/ El sector de los videojuegos:

La producción de tarjetas gráficas para ordenadores se ha visto afectada por esta escasez. Además, a finales del año 2020 se produjo el lanzamiento de las nuevas consolas de videojuegos de Sony (PlayStation 5) y Microsoft (Xbox Series X y Series S).

La gran demanda por parte de la gente, junto con la escasez de microprocesadores, y los regalos asociados a la época navideña han provocado que mucha gente no haya podido adquirir una.

Todavía hoy no han sido capaces de satisfacer la demanda. Salen a la venta cada cierto tiempo unidades muy limitadas que se agotan en minutos.

Esta situación ha provocado la proliferación de especuladores que adquieren las consolas con el único objetivo de revenderlas por un precio muy superior al de mercado.

Las nuevas consolas de Sony y Microsoft también están sufriendo problemas de abastecimiento debido a la crisis de los microchips

4/ Lucha geopolítica:

Además de los problemas de producción, existe un factor político que también está afectando al sector de los semiconductores.

Se puede hablar de efectos colaterales de la guerra comercial y por la supremacía tecnológica entre China y Estados Unidos.

China trata de conseguir cuanto antes la autosuficiencia en esta industria clave, mientras que EEUU intenta ralentizar la emergencia tecnológica de los chinos.

Los obstáculos burocráticos y legales entre China y EEUU son un claro ejemplo de estos comportamientos entre ambas potencias mundiales.

En este sentido, EEUU aún son líderes en cuanto al diseño de componentes, pero Taiwan y Corea del Sur son los que concentran el mayor porcentaje del mercado de microprocesadores y chips de memoria.

Se ha llegado a plantear en EEUU la necesidad de incentivar la producción de semiconductores en el futuro, para no tener que depender de terceros países.

Algunas previsiones dicen que la escasez de chips no se empezará a resolver hasta la segunda mitad del 2021, y que sus efectos se extenderán hasta 2022.

Mientras tanto, habrá que tener paciencia a la espera de poder adquirir aquellos productos tecnológicos cuya demanda es mayor.

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