Nadie puede saber a ciencia cierta lo que nos deparará el mundo de la tecnología en el futuro. Los constantes y cada vez más rápidos avances hacen imposible predecir qué va a pasar en los próximos años. Sin embargo, en base a lo que ya se puede ver en la actualidad, vamos a intentar explicar hacia dónde nos dirigimos en este campo, tratando de estructurarlo en diferentes apartados.

  • Inteligencia artificial: desde hace mucho tiempo, la literatura y el cine han tratado este tema como algo de “ciencia ficción”, y sin embargo actualmente está en auge. Puede ser de gran ayuda al ser humano en su evolución, pero por otro lado presenta el riesgo de que pueda llegar a funcionar de manera completamente autónoma, tomando decisiones que puedan perjudicar a las personas. Actualmente, se están aplicando tecnologías como machine learning y deep learning para el desarrollo de todo tipo de aplicaciones en multitud de sectores, como es el caso de los coches autónomos, los móviles, la robótica…

  • Nanotecnología: se podría hablar de ella como la “ciencia de lo pequeño”. Consiste en manipular la materia a escala atómica. Tiene aplicaciones en multitud de campos, algunos de los cuales serán de gran relevancia en la vida de las personas, por ejemplo en lo relativo a la utilización médica de nanorobots, para combatir enfermedades desde el interior del propio cuerpo. Así mismo, está resultando determinante para el desarrollo de nuevos materiales, que a su vez van a facilitar importantes avances en sectores como la computación, el transporte, la construcción, la telefonía móvil…
  • Biotecnología: se puede definir como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. Tiene aplicación en diferentes campos, pero sobre todo en medicina, permitiendo gracias a la manipulación genética la detección y curación de enfermedades o la producción de medicamentos o antibióticos. Se ha llegado a hablar de una medicina “personalizada”, que permite conocer la respuesta de cada paciente a los fármacos, basándose en su perfil genético.
  • Realidad virtual: es un entorno de escenas u objetos de apariencia real, generado mediante tecnología informática, que crea en el usuario la sensación de estar inmerso en él. Es necesaria la utilización de unas gafas o casco de realidad virtual. Actualmente existen varios dispositivos de RV, tales como Playstation VR, Oculus Rift y HTC Vive. Es una tecnología que se ha intentado popularizar desde hace muchos años, pero parece que es ahora cuando está teniendo mayor uso y difusión, aunque se espera que sea mucho mayor en el futuro.
  • Realidad aumentada: se diferencia de la realidad virtual en que en este caso, sobre la realidad material del mundo físico monta una realidad visual generada por la tecnología, en la que el usuario percibe una mezcla del mundo virtual con el real; en cambio, en la realidad virtual el usuario se aísla de la realidad material del mundo físico para sumergirse en un escenario o entorno totalmente virtual. Se puede utilizar en múltiples ámbitos, como la educación, arquitectura, diseño, ocio… Tan sólo es necesario que se desarrollen aplicaciones específicas que aprovechen todo su potencial. Microsoft ha apostado por esta tecnología con las gafas HoloLens.

Junto a todos estos aspectos de los que estamos hablando y relacionados en gran medida con ellos, tendrán mucho que decir en el futuro tecnologías como la robótica, la impresión 3D, redes de Internet cada vez más rápidas (5G), procesadores cada vez más potentes y eficientes, resoluciones 8K en televisiones y monitores, la utilización de nuevos materiales como el grafeno (que permitirá la creación de pantallas flexibles y baterías más duraderas), los coches eléctricos y el “internet de las cosas”, junto a otras muchas más que aún ni siquiera podemos imaginar.