Según un gran número de expertos, los ciberataques en el año 2019 van a ser cada vez más inteligentes, lo que sin duda aumenta su peligrosidad, y al mismo tiempo hace que la dificultad a la hora de combatirlos sea mayor.
Hemos leído este año pasado noticias acerca del robo de datos personales e información bancaria de usuarios de empresas tan importantes como British Airways y Ticketmaster, pero fuera de estos casos más “mediáticos”, tenemos que ser conscientes de que cualquiera de nosotros podemos ser vulnerables a un ciberataque.
Por lo tanto, es cada vez más importante que encontremos una manera eficaz de proteger nuestros sistemas, redes e información de estos ataques.
Podríamos definir la ciberseguridad como la práctica de defender los ordenadores y los servidores, los dispositivos móviles, los sistemas electrónicos, las redes y los datos de ataques maliciosos. También se conoce como seguridad de tecnología de la información. A la hora de aplicarla, es necesario conocer las necesidades de cada empresa, así como su tamaño y el tipo de información que maneja.
Dentro de la ciberseguridad, podemos diferenciar varias fases:
Prevención: aplicarla correctamente disminuirá en gran medida el riesgo. Hay que intentar determinar las posibles amenazas y cuáles serán las medidas de prevención y reacción en caso de vernos afectados por una de ellas. Dentro de este punto, es especialmente importante la formación de los empleados y su concienciación, así como el cumplimiento normativo.
Localización: si aun habiendo aplicado medidas de prevención, hemos sufrido algún ataque, hay que localizar donde está el problema. Los hackers son conscientes del uso de antivirus, y pueden pasar muchos días desde que se produce el ataque hasta que la empresa lo detecta. El uso de antivirus actualizados y una monitorización continuada pueden ayudar a reducir el problema.
Reacción: una vez localizada la amenaza, hay que dar una respuesta técnica sobre la misma, aplicando medidas como desconectar los equipos de la red, instalar un antivirus o actualizar el que teníamos, cambiar las contraseñas, o realizar una limpieza a fondo del sistema.
Dentro de los ciberataques, los más comunes hasta el momento han sido:
Cibercrimen: los hackers acceden a sistemas informáticos protegidos e intentan obtener ganancias financieras.
Ciberterrorismo: su objetivo es causar el pánico entre los ciudadanos, mediante el robo de información.
Ciberguerra: la finalidad de estos ataques, por norma general, es política. Los ciberdelincuentes intentan recopilar el mayor número de información posible y datos relevantes que puedan comprometer, en un futuro, a un partido político o un gobierno.
Según las previsiones, los ciberataques que se van a producir durante el año 2019 van a tener una serie de características:
Los ataques de phising dirigidos se volverán más frecuentes (consiste en la suplantación de identidad con el fin de conseguir mediante el engaño datos sensibles, como contraseñas o datos bancarios).
Habrá nuevos tipos de malware, y habrá que tener especial cuidado en los dispositivos móviles y en los dispositivos IoT (internet de las cosas).
Otro punto de interés para los cibercriminales son los entornos de la nube (“cloud”): su uso cada vez está más extendido, y uno de los mayores retos para las empresas será evitar las fugas de información.
También aumentarán los ataques en los entornos industriales, que cada vez están más conectados, lo que los hace más vulnerables. Puede suponer el robo de información, la pérdida de disponibilidad de los sistemas, o la alteración de los procesos.
Seguirán creciendo los ataques a través de las redes sociales, donde ofrecemos una gran cantidad de información personal y profesional, y que, al ser utilizadas de forma masiva, serán uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes para la distribución de malware.
Así mismo, cada vez se utilizará más la inteligencia artificial por parte de los atacantes.
Éstas y otras modalidades de ciberataque que, sin duda, irán apareciendo, hace cada vez más necesaria la adopción de medidas para proteger nuestras empresas y nuestros datos personales. En Omega 2001 estamos especializados en el análisis de las necesidades reales de nuestros clientes, y en la implantación de planes de seguridad adaptados a esas necesidades.