Igual que vimos al hablar del teletrabajo en una entrada anterior del blog, a causa del confinamiento en el que estamos actualmente debido al COVID-19, tanto los profesores como los alumnos se han visto obligados casi de un día para otro a buscar los medios y herramientas necesarias para poder seguir impartiendo las materias en el caso de los profesores, y para poder realizar las tareas e intentar seguir con el curso en el caso de los alumnos. Es una situación excepcional que requerirá un esfuerzo de todos para poder continuar con la educación de los niños y jóvenes de la mejor manera posible, pese a las circunstancias.
Gracias a los avances que se han producido en el ámbito de la tecnología e Internet en los últimos tiempos, ahora es mucho más fácil conseguir este objetivo que hace unos años, pero hay que tener en cuenta que no todas las personas tienen los mismos medios a su alcance. Vamos a tratar de analizar las distintas herramientas y plataformas de las que disponen tanto los profesores como los alumnos, así como las dificultades con las que se pueden encontrar.
Tanto a la hora de enseñar como a la hora de aprender desde casa, hace falta en primer lugar una aproximación diferente, y una serie de cambios en los métodos empleados. En primer lugar, es necesario formar a los profesores para que aprendan a usar las nuevas herramientas y plataformas digitales, y adquieran las habilidades necesarias para impartir educación a distancia.
El Ministerio de Educación ha puesto a disposición de los profesores y los alumnos diferentes herramientas, aplicaciones educativas y recursos en la web “aprendoencasa”, para ayudar a que continúe la formación de los niños y jóvenes durante el tiempo de suspensión de las clases presenciales. Esta web se divide en tres apartados: uno para los docentes, otro para los alumnos y familias, y un tercer apartado para las diferentes Comunidades Autónomas, que son las que tienen las competencias en materia de educación.
Una de las plataformas educativas más utilizadas por los profesores actualmente es Edmodo, que permite de forma gratuita la gestión de aulas y grupos de trabajo. Se pueden crear rápidamente grupos, asignar tareas, gestionar el progreso… Pueden formar parte de ella profesores, alumnos, y también padres. Una de las claves de su éxito es que los estudiantes pueden iniciar sesión y participar desde cualquier teléfono, Tablet u ordenador. Está integrado con Google Apps para Educación y Microsoft One Note y Office.
También algunas empresas han puesto en marcha diferentes iniciativas:
Google ha puesto a disposición de los profesores la página web “teach from home”, donde recopila información de aplicaciones y herramientas que pueden ser de gran ayuda en la difícil tarea de impartir formación desde casa. Para ello es necesario que el centro tenga una cuenta de G Suite For Education, y se centra en el ecosistema de la propia Google. Podemos encontrar aplicaciones como Google Classroom, con la que los docentes crean aulas con alumnos en las que se asignan tareas con textos, videos, audios… Se puede habilitar también la posibilidad de que los alumnos hagan comentarios en el tablón de la clase. También nos aconseja utilizar como apoyo otras apps como Google Meet para videollamadas, Google Docs para documentos de texto, Google Drive para compartir archivos y material didáctico en la nube, Google Calendar para organizar nuestro tiempo, YouTube para visualizar vídeos educativos…
Microsoft ha puesto en marcha la iniciativa #TuClaseEnCasa, poniendo a disposición Office 365 sin coste para educación. Los alumnos y educadores de las instituciones que cumplan con los requisitos pueden registrarse gratuitamente en Office 365 Educación, que incluye Word, Excel, PowerPoint para presentaciones, OneNote (Bloc de notas digital), y Teams, que permite hacer videollamadas en grupo, realizar clases en remoto, asignar tareas, comunicarse y chatear de forma segura, crear repositorios de contenido…
Apple también dispone de un gran número de aplicaciones orientadas a la educación, como Tareas de Clase o Aula, aunque es necesario tener un iPad o un Mac para poder utilizarlas.
Desde el punto de vista de los alumnos, hay que valorar las diferentes circunstancias en las que se encuentran cada uno de ellos, lo que provoca una gran desigualdad a la hora de poder seguir con el aprendizaje desde casa.
Como es lógico, no todos los alumnos tienen el mismo nivel socioeconómico y los mismos medios. Puede darse el caso de familias en las que todos dispongan de su propio ordenador, Tablet, etc…, otras que sólo tengan un equipo que tienen que compartir entre todos los miembros de la familia, e incluso algunas que no tengan ningún dispositivo. Hay que tener en cuenta el número de niños que hay en la familia, si tienen impresora, si disponen de conexión a Internet y la calidad de ésta… A los alumnos que no disponen de Internet o de ordenador, se les está intentando proporcionar en la medida de lo posible, por parte de las instituciones públicas y algunas empresas privadas, dispositivos como Tablets, ordenadores y paquetes de datos para poder conectarse a la red.
Asimismo, es muy importante el nivel académico y la implicación de los padres o familiares a cargo de los niños. Los padres tienen que implicarse en la educación de sus hijos, y estar un poco detrás de ellos para que realicen las tareas que les manden. Sin embargo, hay situaciones en las que los niños están solos en casa sin que nadie los controle, debido a que los padres trabajan y no tienen con quién dejar a sus hijos.
Para intentar minimizar estas desigualdades, es importante la labor que haga el profesor de motivar a sus alumnos, mediante la utilización de plataformas o sistemas de enseñanza que consigan entretener al mismo tiempo que educar, manteniéndolos enganchados. Hay que intentar hacer un seguimiento de los niños, especialmente de los que no realizan las tareas, para tratar de averiguar los motivos (falta de medios, de motivación…) y buscar posibles soluciones.
Todos estos condicionantes y circunstancias tienen gran relevancia, ya que pueden contribuir a aumentar el fracaso escolar, y a hacer que la brecha educativa existente entre los diferentes alumnos sea mayor o menor.
El confinamiento plantea dificultades añadidas para los niños con dificultades de aprendizaje o con alguna discapacidad. El problema para estos niños no es que dejen de recibir contenido académico, sino que frenen su desarrollo. En estos casos se están utilizando plataformas para comunicarse con los padres y asesorarles, así como aplicaciones de videollamadas para seguir dando las clases. El reto es lograr que mantengan la atención alumnos a los que precisamente les cuesta más concentrarse.
De todas formas, hay que intentar relajarse respecto a la educación, ya que se trata de unas circunstancias excepcionales, y no podemos pretender que todo funcione igual que antes, como si no estuviera pasando nada en la sociedad. Está claro que todos vamos a “perder” en cierta medida algunos meses de nuestra vida debido a la pandemia y al confinamiento, pero lo realmente importante es intentar mantener el equilibrio emocional de los niños y jóvenes, y que puedan superar esta situación sin que les pase factura en el futuro, o por lo menos con la menor incidencia posible.