La situación actual, debido al coronavirus y al estado de emergencia que ha provocado nuestro confinamiento en casa, ha puesto sobre la mesa la necesidad de una gran parte de la población de trabajar desde casa. Exceptuando al personal sanitario, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, transportistas, y personal de supermercados, quioscos y estancos (a los que desde aquí agradecemos infinitamente su dedicación y esfuerzo en beneficio del conjunto de la sociedad), el resto de los trabajadores que normalmente desempeñaban sus funciones profesionales desde la oficina, se han visto obligados de un día para otro a teletrabajar.

El teletrabajo, por lo tanto, ha dejado de ser una opción más y ha pasado a ser una necesidad. Pero aparte de la situación que vivimos en la actualidad, la importancia del teletrabajo estaba siendo cada vez mayor, y esto nos puede servir para que se afiance como una opción cada vez más cotidiana.

Podríamos definir el teletrabajo como un modelo de organización del sistema laboral en el cual los trabajadores desempeñan su actividad profesional en un lugar alejado de la empresa, mediante la utilización de la tecnología y las telecomunicaciones.

Hasta hace poco, el concepto de teletrabajo en España se consideraba como algo exótico, ya que sólo un pequeño porcentaje de los trabajadores en activo tenía la posibilidad de teletrabajar. En el último trimestre de 2019, sólo un 7,9% de la población ocupada había teletrabajado, lo cual supone un incremento respecto a años anteriores, pero todavía estamos lejos de países como Holanda, Finlandia o Luxemburgo, aunque los diferentes hábitos de vida en los distintos países explican en parte esas diferencias.

La situación actual ha supuesto un incremento extraordinario en el número de teletrabajadores, pero cuando pase esta situación excepcional y volvamos a la normalidad, tendrán que cambiar muchas cosas y facilitar el acceso al teletrabajo a quién realmente lo necesite, siempre que su profesión se lo permita.

Vamos a ver una serie de pautas a seguir, así como algunas ventajas y desventajas en relación con el teletrabajo.

Como primer paso o requisito para poder teletrabajar, necesitaremos un equipo (portátil o de sobremesa) con la potencia suficiente para permitirnos trabajar desde casa de forma similar a cómo lo haríamos desde la oficina. Asimismo, es preciso tener instaladas todas las herramientas y el software necesario, así como un antivirus actualizado que nos proteja de posibles ciberataques. También es importante disponer de una conexión a Internet lo suficientemente rápida.

Entre el software que deberíamos tener instalado, podemos citar programas como Microsoft Teams o Slack para la comunicación con nuestros compañeros, que debe ser fluida y rápida. También aplicaciones como OneDrive de Microsoft, Google Drive o Dropbox para compartir archivos en la nube, y por supuesto el correo electrónico y plataformas de videoconferencia como el citado Teams o Skype.

Hay que tener en cuenta las circunstancias de cada persona: hay gente que vive sola, otros que tienen niños pequeños o personas mayores a su cargo…, por lo que cada persona debe organizarse en función de su situación personal y de sus posibilidades. Hay que distribuirse los espacios y los tiempos dentro de la casa. Puede que haya que compartir el equipo de trabajo con nuestra pareja o con nuestros hijos, por lo que cada caso habría que analizarlo individualmente.

Es aconsejable establecer una serie de hábitos para afrontar el día: es preferible darse una ducha y vestirse con ropa cómoda, evitando quedarte en pijama todo el día.

Es importante organizar y planificar tu día: te puedes hacer una lista de tareas y establecer prioridades entre ellas, así como programar recordatorios que te ayuden a concentrarte en lo importante.

Hay que tener en cuenta que en casa hay muchas más distracciones que en la oficina (tv, redes sociales, levantarse a la nevera a “picar algo” …). Por ello, debemos buscar dentro de nuestra casa un espacio de trabajo que, dentro de las posibilidades de cada uno, resulte cómodo y que reúna las condiciones necesarias para lograr una mayor concentración y evitar en la medida de lo posible las distracciones. Debe ser un espacio bien iluminado y organizado, para que resulte agradable trabajar en él.

Para evitar el aislamiento, hay que mantener el contacto con tus compañeros de trabajo, a través de las herramientas de mensajería y videollamada.

Es conveniente establecer descansos para tomar un café o estirar las piernas, así como para hablar con otras personas que haya en casa. Asimismo, te puedes poner música para hacer más llevadero el día, siempre que no afecte a tu capacidad de concentración.

Vamos a ver una serie de ventajas y desventajas del teletrabajo, desde el punto de vista de la empresa y del empleado.

Para la empresa, las ventajas podrían ser:

Aumento de la productividad de los trabajadores, que se sienten más motivados, al contar con mayor autonomía y flexibilidad.

Menores costes en espacio y mobiliario, ya que los empleados no ocuparán un espacio físico en la empresa y pueden trabajar con sus propios equipos, siempre que dispongan de ellos y sean adecuados para el trabajo a desempeñar.

Al no tener que acudir los empleados al lugar de trabajo, se produce una reducción del número de accidentes laborales.

Al trabajar por objetivos, podrá llevar un mayor control de la actividad y productividad del empleado.

La empresa tiene un mayor número de profesionales a su alcance, que pueden trabajar para ellos incluso desde otros países. Las empresas pueden contratar a los mejores, estén donde estén.

El teletrabajo ayuda a que la empresa esté a la última en tecnología, lo que promueve una mayor innovación tecnológica.

Entre las desventajas para la empresa, podemos citar las siguientes:

Si los empleados no disponen de sus propios equipos, habrá que proporcionárselos, además del software necesario para el desempeño de su trabajo, lo que supone un aumento de los costes.

La menor seguridad de la que disponen los empleados en casa hace que aumenten los riesgos de ciberataque, con lo que habrá que extremar las precauciones para evitarlos en la medida de lo posible.

En España está muy arraigado el “presentismo”, y hay algunas empresas que desconfían cuando el trabajador no está presente en su puesto. No hay control físico del trabajador.

Al no haber contacto personal entre los trabajadores, existen más dificultades a la hora de trabajar en equipo, aunque con una buena organización y las herramientas adecuadas es posible conseguirlo.

Cada persona es un mundo, y no todos los trabajadores están preparados para teletrabajar. El departamento de Recursos Humanos puede formar a los empleados, y establecer la manera más adecuada de organizarse según las características y tareas de cada uno.

Desde el punto de vista de los trabajadores, entre las ventajas podemos enumerar las siguientes:

Reducción de los desplazamientos, lo que supone un ahorro de tiempo y de dinero, además de una menor fatiga y estrés (al evitar los atascos, por ejemplo).

Disminución de los gastos asociados a comer fuera, el transporte público o la gasolina.

Mejor conciliación de la vida personal y laboral, al tener una mayor flexibilidad de horarios, lo que hace que puedas organizarte mejor el tiempo y adecuarlo a tus necesidades.

Mayor autonomía y responsabilidad: el teletrabajo obliga a los trabajadores a ser más independientes y autónomos en la forma de trabajar y organizarse.

El teletrabajo puede suponer un aumento de la productividad, al mejorar la gestión del tiempo.

Entre las posibles desventajas para el trabajador tenemos las siguientes:

Se puede producir una desvinculación y distanciamiento por parte del trabajador hacia la empresa, al no tener un contacto directo con los compañeros ni compartir un espacio de trabajo común.

En relación con el punto anterior, se puede producir un aislamiento del trabajador. Es fundamental utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para seguir relacionándonos con nuestros compañeros y con otras personas.

Es posible que se produzca una desmotivación del trabajador, así como un descenso de su rendimiento si no se siguen las pautas necesarias y una organización adecuada.

Como es obvio, estas posibles ventajas y desventajas pueden darse o no dependiendo del tipo de empresa y del tipo de trabajador del que hablemos en cada caso. Ni todas las empresas gestionan igual las relaciones con sus empleados, ni todos los trabajadores tienen la misma personalidad ni las mismas circunstancias personales.

Lo que está más o menos claro es que después de esta crisis que estamos viviendo, se redefinirán muchas normas de juego y algunas cosas cambiarán. Esperamos que por lo menos sirva para que en España nos tomemos más en serio la posibilidad de trabajar en remoto desde casa, y que se pueda, en la medida de lo posible, facilitar el acceso al teletrabajo a todo aquel que lo necesite o lo prefiera, siempre que el tipo de trabajo lo permita.