Aunque, afortunadamente, no son muy habituales, los fallos eléctricos pueden suponer un problema que te puede afectar de diversas formas.
Puede ocurrir que pierdas el trabajo que estabas realizando o, en el peor de los casos, que se produzca una avería en tu equipo informático debido a un repentino apagón.
De ahí la importancia de tener instalado un SAI, que te permite seguir utilizando el ordenador ante un fallo en la conexión eléctrica.
Concepto:
Un SAI es un Sistema de Alimentación Ininterrumpida, o en inglés UPS (Uninterruptible Power Supply).
Ante un corte de suministro eléctrico, subidas o bajadas de tensión, o problemas similares, este sistema asegura el funcionamiento de un equipo incluso cuando no hay suministro eléctrico.
Funciona mediante unas baterías que se activan cuando detectan el problema en la red eléctrica, permitiéndonos guardar los datos y apagar el dispositivo en condiciones de seguridad.
Así evitaremos daños o la pérdida de información importante, así como posibles averías de nuestros equipos.
Cuando deja de haber suministro eléctrico, suele ser necesario un tiempo de conmutación de algunos milisegundos para que el equipo pase a funcionar con la energía suministrada por la batería del SAI.
Habrá que tenerlo en cuenta para ver qué tipo de dispositivos podemos conectar, para que no se vean afectados por el proceso de conmutación.
Otro concepto importante que tenemos que conocer es el de regulador de voltaje o AVR (Automatic Voltage Regulator).
El AVR es un sistema que regula el voltaje, controla las subidas y bajadas de tensión que se producen en la red eléctrica, y proporciona una tensión constante en la salida.
De esta manera, consigue proteger los equipos que estén conectados a él.
Los AVR se diferencian de los SAI en que no tienen batería, y no pueden mantener los equipos conectados a él en funcionamiento en caso de corte de electricidad.
Es importante conocer estos conceptos, ya que algunos SAI llevan reguladores de voltaje (AVR) y otros no.
En un principio, los SAI se usaban sobre todo en el ámbito industrial y para grandes empresas con dispositivos e información muy sensible.
Sin embargo, actualmente se ha extendido su uso a empresas de todo tipo, y se utiliza también en el ámbito doméstico.
Tipos de SAI:
En función de nuestras necesidades, y del tipo de dispositivos que queramos tener conectados, podremos elegir entre tres tipos diferentes de SAI.
1/ SAI offline
Es el tipo más básico y económico de SAI que puedes adquirir. Sólo protegerá nuestro ordenador ante un corte de suministro eléctrico, pero no tiene regulador de voltaje, y no hace ningún filtrado de la corriente.
Los SAI offline se utilizan sobre todo en el ámbito doméstico, y es recomendable usarlo únicamente en zonas con una red estable, y con dispositivos poco sensibles, como ordenadores de gama baja, televisiones, router…
2/ SAI interactivo
Ofrecen una protección intermedia, y son los más habituales en las oficinas y en nuestras casas.
A diferencia del SAI offline, tiene un regulador de voltaje que controla y corrige las fluctuaciones de la red eléctrica.
Podríamos considerarlo el tipo de SAI más recomendable por su precio y características.
3/ SAI online
Es el modelo más caro, pero es el que más nivel de protección nos ofrece frente a anomalías en el suministro eléctrico.
Están pensados para uso industrial, para servidores que están en funcionamiento continuamente, y que necesitan la máxima estabilidad y seguridad.
El SAI online convierte la energía entrante en energía completamente limpia a través de un proceso de transformación, eliminando los problemas que pueda tener.
Es el único tipo de SAI que no necesita tiempo de conmutación. En caso de producirse un corte en el suministro eléctrico, la fuente de alimentación no se interrumpe.
Por lo tanto, dependerá de tus necesidades que te decantes por un tipo u otro de SAI.
Eso sí, tienes que decidir el nivel de protección que necesitas, y hacer una estimación del consumo de los equipos que vamos a conectar al SAI.
Con respecto a esto último, es recomendable siempre comprar un SAI que ofrezca en torno a un 15-20% más de potencia que la que supuestamente vas a conectar a él, para evitar sustos innecesarios.
Si necesitas proteger de manera especial determinados equipos, por ser fundamentales para tu trabajo, y no te quieres arriesgar a perder información clave, o a que se dañen sus componentes, adquirir un SAI puede ser una opción muy recomendable.
Sin duda, evitarás sobresaltos y gozarás de una mayor tranquilidad.